
En este contexto y ante la actual situación que estamos viviendo se impone la necesidad de una tregua por fiestas patrias. Hagamos un alto a nuestras diferencias y pensemos en cosas que nos unen. Celebremos juntos la fiesta de la patria, disfrutemos de las actividades programadas por el mes rojiblanco.
Contribuyamos como ciudadanos en ofrecer lo mejor de lo nuestro para que el turista se lleve una buena impresión de nosotros como país. El momento es propicio para hacer una invocación a la clase política, a fin de que ponga por delante los intereses del país.
A los empresarios que se dejen de estar pidiendo exoneraciones tributarias y exijan un trato igualitario a la hora de pagar los tributos que por ley les corresponde. Hago una exhortación a los ciudadanos que dejen la informalidad y acepten incorporarse a la economía formal, con los beneficios que esto trae. A los servidores y funcionarios entiendan que se hace patria cumpliendo con el trabajo encomendado.
Hoy más que nunca debemos prepararnos para llegar al bicentenario como un país viable que aspira a lograr su desarrollo con una visión clara objetivos realizables y orientados a la inclusión social de todos los peruanos.
Felices fiestas de la patria.
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