A diario las noticias reportan accidentes de tránsito con el resultado de personas muertas, heridas de gravedad o leves, pero no hay día que no se reporte casos de personas atropelladas. Según la Policía Nacional, en el 2019, ocurrieron en Lima más de 371 accidentes de tránsito, ocasionando la muerte de al menos 400 personas y otras 212 resultaron heridas.
La misma fuente refiere que
casi el 50% cometió imprudencia temeraria, es decir, se pasaron la luz roja del
semáforo, hablaron por celular mientras conducían, cambiaron de carril de
manera intempestiva, hicieron giros prohibidos o de manera peligrosa.
Como una forma de paliar la
aglomeración de gente en el precario servicio de transporte público, el
gobierno dispuso la utilización de bicicletas y esto dio como resultado que se
ha duplicado el número de ciclistas que han resultado ser víctimas en algunos
casos fatales de irresponsables conductores que se dieron a la fuga.
Para nadie es un secreto que
es una odisea cruzar la calle, pues los conductores no respetan la señal
de pare o se consideran poderosos para ceder el paso a los peatones. Sin contar
con aquellos para los que la luz ámbar del semáforo significa acelera para que
no te gane. Cuando significa que hay un cambio de luz a rojo, por lo tanto,
tienes que parar. Sería ocioso ponerse a escribir la larga lista de faltas al
reglamento cometidas por los hombres del volante pues se resume en una sola
frase: La falta de respeto al otro.
Las papeletas se han
convertido en eso, en papeletas impagables que no disuaden al infractor. A
veces tienen un descuesto del 95 % y en otras simplemente no las pagan.
Pues es hora de un punto
final. Es urgente incluir el reglamento de tránsito en la currícula escolar
para que las futuras generaciones cambien de chip cultural y fomenten el
respeto al otro. Lograr un cambio de conducta permitirá disminuir la cantidad
de accidentes de tránsito, por ende, el número de personas fallecidas o que los
dejen postrados producto de un atropello o choque.
Los 200 artículos que tiene el
reglamento se pueden dividir entre los 6 años de primaria y 5 de secundaria. Al
final el alumno que aprobó el curso tendrá acceso a una escuela de manejo,
aprobar su examen y obtener una licencia de conducir.
Y, por cierto, sería bueno un
concesionario que haga seguimiento a los titulares de las licencias de conducir
y que tenga como objetivo retirar a los malos conductores de las pistas.
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