Como todas
de las mañanas salí a correr rumbo al Campo de Marte en el distrito de Jesús
María. El lunes 28 de octubre al llegar al Jirón Juan A. Ribeyro, un viejo auto
abandonado interrumpía el paso peatonal
e incluso en caso de pasar una persona con discapacidad en silla de ruedas
simplemente no podía cruzar la calle.
Al día
siguiente el vehículo había sido retirado, más bien empujando hacia la berma de
la avenida Brasil, acortando el espacio de la vía auxiliar destinada a los
vehículos livianos como lo demuestra las fotos publicadas por el periodista
Juan Pablo León en el tuiter.
Ha pasado
más de una semana, el vehículo continua en el lugar y nadie se digna a retirarlo
exponiendo a muchos conductores a realizar maniobras temerarias o inclusive
chocar. Ni la municipalidad de Jesús María ni la municipalidad de Lima
metropolitana ni la policía Nacional, han dicho “esta boca es mía” generando el
consecuente malestar entre los vecinos del distrito de Jesús María.
Es
increíble la decidía de las autoridades ediles y policiales que ni se inmutan
frente a la incompetencia de su gestión. Cómo vecinos qué instrumentos tenemos
para hacer que el municipio haga su trabajo. Al parecer ninguno. Obviamente se
nos achaca a los votantes que elegimos mal a las autoridades pero deberíamos
exigir resultados y contar con normas aplicables a las malas autoridades que
no hacen bien su trabajo.
El carro
sigue mal estacionado. Dicen que la calle no es cochera. Un efectivo de
serenazgo me sugirió ir a la dirección de fiscalización de la municipalidad de Jesús
María y hacer la denuncia. "Eso es fiscalización" anotó. Ni siquiera tuvo el tino de tomar el caso, comunicarse con su base y hacer que el área correspondiente cumpla con su labor. Ojalá que pronto las autoridades municipales se
pongan las pilas y demuestren más empatía con el vecino.
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